Como indicaba en la entrada anterior, presentado a las Cortes el 31 de mayo de 1933, el Plan Nacional de Obras Hidráulicas no fue formalmente aprobado pues las discusiones no fueron suficientemente rápidas y el gobierno de Azaña cayó en el mes de septiembre. Sin embargo, celebradas nuevas elecciones en noviembre de 1933, el gobierno de Lerroux, continuó promoviendo el Plan, con Rafael Guerra del Río como ministro de Obras Públicas. Además de la publicación en imprenta del mismo se organizó una exposición con abundancia de paneles y material gráfico para explicar a la sociedad el contenido y la importancia del Plan.
Esta «Exposición Gráfica del Plan Nacional de Obras Hidráulicas» se celebró en el espacio del Palacio de la Música de Madrid. Fue inaugurada el 8 de febrero de 1934 por el presidente de la República, Niceto Alcalá-Zamora, en presencia de casi todos los ministros y del jefe del Gobierno, Alejandro Lerroux. (Ver ABC de Madrid, 09-feb-1934).
En los archivos de Ángel Arrúe se encuentra un álbum de fotos de la exposición. Además de las fotos se incluyen una lámina con los nombres de todos los ingenieros, tanto los Agrónomos como de Caminos que formaban parte del equipo de Manuel Lorenzo Pardo. Como son nombres que no los he visto referenciados en otras fuentes y no aparecen en el propio documento del Plan me parece de justicia hacerles un pequeño homenaje reproduciendo, junto con algunas fotos de la exposición, la lámina con sus nombres.
El álbum del cual están extraídas las fotografías y láminas que se muestran anteriormente, incluye una dedicatoria de Martín Arrúe Astiazarán a su hermano Ángel, que se muestra abajo. Martín era ingeniero industrial y trabajaba como director de luminotecnia en la empresa OSRAM, por lo cual le fueron encargados los trabajos de iluminación de esta Exposición Gráfica del Plan Nacional de Obras Hidráulicas. Archivo de Ángel Arrúe (1934).
Con ocasión de la Exposición Gráfica la revista Agricultura dedicó el número de febrero de 1934 a la propia Exposición y al Plan. Este número puede descargarse íntegro en la web del Ministerio de Agricultura. (Descargar pdf 7 Mb)
Pocas semanas después de la Exposición, el 18 de abril de 1934, se celebró una cena en honor a Manuel Lorenzo Pardo y a los compañeros de Obras Hidráulicas y colegas portugueses. En el archivo de Ángel Arrúe aparece una foto de grupo correspondiente a esa cena. En la foto he identificado a Manuel Lorenzo Pardo y a Ángel Arrúe. Sería interesante identificar al resto de los colaboradores del Plan Nacional de Obras Hidráulicas.
El Centro de Estudios Hidrográficos fue creado por decreto de 23 de febrero de 1933, siendo ministro de Obras Públicas Indalecio Prieto, para llevar a cabo el Plan Nacional de Obras Hidráulicas que debía presentar a las Cortes en un plazo perentorio. En el mismo decreto se nombraba a Manuel Lorenzo Pardo jefe de dicho organismo.
El mismo día se publicaba la orden ministerial estableciendo la plantilla del citado centro, en la cual se creaban tres puestos de ingeniero agrónomo, uno de los cuales ocuparía Ángel Arrúe. Pocas semanas antes, el 20 de enero de ese año, había sido nombrado director general de Obras Hidráulicas Demetrio Delgado de Torres, con quien, como vimos en el artículo «Vuelta a España en 1932. El Centro de Estudios Hidrográficos«, Ángel Arrúe había colaborado en los trabajos de puesta en riego de las zonas regables del pantano de Guadamellato, en Córdoba, de riegos del Valle inferior del Guadalquivir, y del pantano de Guadalcacín, en la provincia de Cádiz. Con toda probabilidad esa colaboración previa sería decisiva para ser asignado a uno de los puestos de ingeniero agrónomo del Centro de Estudios Hidrográficos y para su participación en la elaboración del Plan Nacional de Obras Hidráulicas.
El Estudio Agronómico del Plan Nacional de Obras Hidráulicas tenía como objetivo establecer los criterios para determinar las superficies y los cultivos que, en base tanto a criterios económicos como agronómicos, tenía sentido poner en regadío en España. La determinación de esas superficies, las necesidades de agua de los cultivos correspondientes, y la localización geográfica de las mismas determinaban en gran medida las obras hidráulicas que tenía sentido acometer.
Para ello el estudio agronómico sigue la siguiente metodología:
Análisis de las cifras de consumo nacional, de importaciones y exportaciones de los diferentes productos agrícolas y ganaderos.
Con los datos anteriores y con la estimación de la variación del consumo nacional de cada uno se determina para qué productos podrían sustituirse las importaciones por producción nacional y para cuáles tenía sentido incrementar la producción con destino a la exportación. Todo ello en el incierto entorno de la crisis que se vivía desde el crack de 1929 y donde las políticas proteccionistas de aranceles y contingentes de la mayoría de los países constituían una limitación grande.
Teniendo entonces en cuenta factores climatológicos, edafológicos y sociales, se establecen las recomendaciones sobre las superficies a poner en regadío para cada tipo de cultivo, y la zona geográfica de las mismas.
Todo lo anterior está sustentado en un imponente trabajo de recopilación estadística que acompaña al estudio.
«En el estudio agronómico de Ángel Arrúe se aporta la amplísima documentación elaborada por el Centro de Estudios Hidrográficos para ser extractada en la memoria. Comienza el trabajo por constatar las importaciones nacionales de la década anterior para diversos rubros (productos alimenticios, maderas, animales y sus despojos, lanas y fibras textiles), valorando su costo para cuantificar la sangría de divisas que se deseaba cortar. También se analizan las exportaciones para constatar los puntos fuertes en los que se podría aumentar la producción. Se pasa al análisis producto a producto, desde el trigo al ganado y sus piensos, pasando por varios más. Se proponen objetivos de producción y, así, superficies a transformar en regadío fijando su distribución regional y las características de calidad o clase de la producción agrícola a conseguir. Se fijan con ello las zonas a transformar a nuevos usos, así como las dotaciones de agua necesaria y las épocas en las que este agua debía llegar.»
El Plan fue presentado el 31 de mayo de 1933 para su discusión en la Comisión de Obras Hidráulicas de las Cortes. La lentitud en las discusiones y la caída del gobierno de Azaña en el mes de septiembre hizo que no llegara a aprobarse.
«Rafael Guerra del Río, ministro de Obras Públicas del 12/9/1933 al 4/10/1934 y del 3/4/1935 al 6/5/1935, con distintos gobiernos, nombró Director de Obras Hidráulicas a Manuel Lorenzo Pardo y respaldó el PNOH1933. Bajo su mandato se realizó una publicación en imprenta, presentada por el propio ministro, digitalizada y accesible en la web del Centro de Estudios Hidrográficas. El 1/7/1934 “se publicaron en la Gaceta unas Bases que suponían la aceptación oficial de las directrices” (Lorenzo Pardo, 1933). El Plan continuó perfeccionándose en el Centro de Estudios Hidrográficos, hasta su supresión el 16 de marzo de 1936.»
Nada más terminar la guerra civil, en abril de 1939 se elabora un Plan General de Obras Públicas («Plan Peña»), que recoge los planteamientos fundamentales del Plan elaborado en 1933 por M. Lorenzo Pardo, y se convierte en la guía de la política de obras hidráulicas del régimen de Franco.
En aquella época todos los ingenieros agrónomos, una vez terminada la carrera, pasaban a formar parte del Cuerpo de Ingenieros Agrónomos del Estado, pero ello no les garantizaba un puesto de trabajo hasta que encontraran y se les asignara un destino. Por ello, ante la decisión de volver a España, Ángel Arrúe tuvo que ponerse a buscar un destino apropiado. Para ello debió ponerse en contacto con compañeros y amigos ingenieros agrónomos que le pudieran ayudar.
A través de uno de ellos, Eduardo, cuyo apellido no he identificado, estableció contacto con Demetrio Delgado de Torres, recién nombrado Delegado del Gobierno-Presidente de la Mancomunidad Hidrográfica del Guadalquivir (Gaceta de Madrid, 05/02/1932). [Demetrio Delgado era ingeniero agrónomo, diez años más joven que Ángel Arrúe. Trabajo inicialmente en el área de estudios fitopatológicos, y tras la llegada de la República asumió puestos de nivel político, primero en la Confederación Sindical Hidrográfica y en la Mancomunidad Hidrográfica del Guadalquivir (1932), posteriormente fue director general de Obras Hidráulicas (enero a septiembre de 1933), y ya durante la guerra civil, en el gobierno de la República, director general de Economía (Gaceta, 10/11/1936) y subsecretario de Economía (Gaceta, 28/05/1937) siendo ministro de Economía y Hacienda Juan Negrín, de quien fue asesor personal]
En la carta que Demetrio Delgado de Torres dirige a Ángel Arrúe, de fecha 15 de febrero de 1932, le informa de la situación, en cuanto a posibilidades de destino, en la Mancomunidad Hidrográfica del Duero y en la del Guadalquivir, de la que era presidente. En las semanas siguientes surgió alguna posibilidad en esta última, y así, en el documento de actividades profesionales de Ángel Arrúe, éste describe como en 1932 se incorpora de forma temporal para llevar a cabo el programa de trabajos para la puesta en riego de las zonas regables del pantano de Guadamellato, en Córdoba, riegos del Valle inferior del Guadalquivir, y pantano de Guadalcacín, en la provincia de Cádiz. Recién iniciada esa labor se creó en la Dirección de Obras Hidráulicas el Servicio de Planes, al cual se incorporó Ángel Arrúe.
A continuación relata como, en 1933, se incorpora al recién creado Centro de Estudios Hidrográficos para colaborar, bajo la dirección de Manuel Lorenzo Pardo en la elaboración del que sería famosísimo Plan Nacional de Obras Hidráulicas, siendo ministro de Obras Públicas Indalecio Prieto.